Según la tradición cristiana, Eulalia, una muchacha de entre 13 y 15 años escapó de una casa de campo donde sus padres la habían encerrado para que no se entregase a las autoridades, abiertamente confesó su fe y fue entregada al martirio. Fue víctima de diferentes tormentos y murió en la cruz. De acuerdo con la tradición, uno de estos tormentos consistió en lanzarla rodando dentro de un tonel lleno de vidrios rotos por la calle.
Dice la leyenda que fue clavada desnuda en una cruz de forma de 'X'. En aquel momento para preservar su intimidad le crecieron los cabellos y comenzó a nevar.
Al final de su oración de que el Señor la tomara a Su Reino, la gente vio volar hacia el cielo de su boca una paloma blanca.
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